Blogia
ENTRENADORES DE FUTBOL

- el entorno

Los padres y los estudios.

Los padres y los entrenamientos.

 

Este estudio realizado por el equipo pedagógico de la Fundación Marcet pretende ser una guía para padres con hijos deportistas. En este segundo capítulo profundizamos en los entrenamientos.

Los padres y el entorno del jugador de fútbol base.

 

Este estudio realizado por el equipo pedagógico de la Fundación Marcet pretende ser una guía para padres con hijos deportistas. En este primer capítulo profundizamos en el entorno del jugador.

El fútbol como juego educativo: el juego limpio.

El fútbol como juego educativo: el juego limpio.

El juego limpio significa mucho más que el simple respeto de las reglas. Abarca los conceptos de amistad, de respeto al adversario y de espíritu deportivo. El concepto se extiende a la lucha contra las trampas, contra el arte de engañar sin vulnerar las reglas, contra el dopaje, la violencia física y verbal, la desigualdad de oportunidades, la excesiva comercialización y la corrupción. Es más que un comportamiento, es un modo de pensar y actuar en el deporte y en la vida.

 Lo entrenadores de base debemos promover el “juego limpio” entre los niños y adolescentes que serán los deportistas adultos y las figuras del mañana del deporte. También nos debemos dirigir a las personas adultas, especialmente a los padres, a los profesores, a los entrenadores y a las instituciones que ejercen una influencia directa o indirecta en el compromiso y la participación de los jóvenes en el deporte.

El “juego limpio” es un concepto positivo. El deporte, según lo entendemos nosotros, es una actividad sociocultural que enriquece la sociedad y fomenta la amistad entre los participantes, siempre que se practique con lealtad.

El deporte es considerado asimismo como una actividad que, si se ejerce con lealtad, permite a la persona conocerse, expresarse y realizarse mejor; desarrollarse, adquirir conocimientos prácticos y demostrar sus capacidades; el deporte hace posible la interacción social, es fuente de disfrute y aporta bienestar y salud.

El juego limpio, en definitiva, es una actitud que se puede concretar en una serie de “consejos” todos debemos tener presentes.

Algunos ejemplos son:

- Nunca protestes al árbitro.

- Respeta al contrario.

- Saluda deportivamente al contrario, tanto si se gana como si se pierde.

- Respeta las instalaciones deportivas.

- No protestes en los cambios. Nada de “caritas” de disgusto o enfado. Es un menosprecio al compañero que te sustituye.

- No discutas durante el transcurso del partido con los compañeros.

- Anima al compañero que falla. Fallar es humano

- No respondas nunca a las provocaciones del contrario.

- Respeta las decisiones del entrenador.

- En caso de lesión de un contrario, perdida de la bota, o cualquier otra circunstancia extradeportiva, no sigas jugando.

- No pidas jamás al árbitro que saque tarjeta a un contrario.

- No realices entradas por detrás. Son muy peligrosas. Un gol se puede remontar. Una lesión no.                                                                                    

- En caso de recibir una entrada dura, acepta las disculpas del rival, si éstas se producen. 

- No pierdas tiempo a propósito para conseguir ganar un partido. El deporte es un juego, y por lo tanto, céntrate en jugar y pasarlo bien.                                                                           

- El deporte es un juego para divertirse y mejorar físicamente. Por tanto, no hay que obsesionarse con la victoria.                                                                  

- Si el rival es muy inferior, no lo desprecies ni te ensañes con él.                    

- Los partidos se juegan y se ganan o se pierden en el terreno de juego. No hagas reclamaciones posteriores como que si un jugador no tiene ficha, que si el penalti no lo era, que si la hora, etc., etc.

Hay que enseñarles a seguir estas recomendaciones y educarles para que hoy, mañana y siempre practiquen el juego limpio. Es nuestra obligación y la de todos aquéllos que estamos implicados en el deporte.

¿Cómo deben actuar los padres si su hijo futbolista no va bien en los estudios? (1ª parte)

¿Cómo deben actuar los padres si su hijo futbolista no va bien en los estudios? (1ª parte)

“¡Castigado! esta semana ni entrenas ni hay partido así aprenderás”. Todos conocemos esta frase pero, ¿sirve de algo?.

Sabemos la gran lista de beneficios  físicos, que tiene el deporte para los niños:

- Fortalece los músculos y huesos.

- Previene la obesidad.

- Previene el riesgo de enfermedades tales como la diabetes.

- Puede corregir posibles defectos físicos.

- Ayuda a coordinar sus movimientos.

- Estimula la higiene y la salud.

- Les ayuda a dormir mejor.

Pero, y ¿cómo herramienta educativa y psicológica?. Los niños con el deporte:

- aprenden  a socializarse con nuevos compañeros.

- aprenden a ganar y compartir triunfos y a perder y saber tolerar la frustración.

- aprenden a experimentar emociones, como controlar la impulsividad en unos casos, vencer la timidez en otros y reducir la ansiedad.

- aprenden a respetar las normas, al entrenador, a jugadores, a rivales y a los árbitros.

- aprenden a aumentar su confianza porque de cada uno de ellos depende el resto del equipo, creándose lazos de ayuda entre ellos y  fomentando la colaboración.

- aprenden a gestionar mejor el tiempo al tener que estudiar o hacer deberes.

- les enseña a fijar metas, les desarrolla habilidades como el pensamiento estratégico y la capacidad de liderar.

- desarrollan la pertenencia a un grupo con intereses y objetivos comunes.

- enseña  a ser responsables y a cumplir con lo que uno se compromete y se comienza a desarrollar el hábito deportivo.

Conclusiones de la importancia del deporte en el niño:

- El cerebro de un niño/a deportista es más activo, la atención y concentración toman protagonismo, escuchan, asimilan, actúan según directrices de sus entrenadores y a la vez se centran en los movimientos sin perder de vista a sus compañeros, es su día a día en el entrenamiento.

- Su práctica fomenta el ser perseverante, tolerar el error propio y el de los compañeros y aprender de ellos como parte del proceso de aprendizaje, se sienten de este modo protagonistas activos de su aprendizaje repercutiendo de una manera valiosísima en su autoconfianza, autoconcepto y autoestima, compañeros de viaje a lo largo de toda sus vidas.

- Cada día que privas a tu hijo/a de la práctica deportiva impides su desarrollo físico, mental y de su larga lista de beneficios.

Soluciones al conflicto del bajo rendimiento en los estudios y el deporte:

- Desde pequeños la clave es establecer los límites con firmeza y alternativas educativas ingeniosas para que el castigo sea la excepción y no la regla. Y en muchos casos el castigo, extingue la conducta de manera puntual pero la raíz del problema no se soluciona y muchos niños/as que, pese a ello siguen” haciéndola” cuando pueden o cuando creen que no les ven.

- El castigo de moda: “te dejo sin….” Está demostrado que no  es efectivo y de allí conocidas expresiones  –“le da igual que le dejes sin…” porque para que sea castigo educativo tiene que suponerle esfuerzo lo que le ayudará a autocontrolarse.

- Si le castigas sin ir a entrenar no solo no hace esfuerzo por ello sino que le privas del esfuerzo que tenía que hacer por desplazarse, dejar de hacer lo que estaba haciendo, cumplir con el compromiso que tiene con sus compañeros etc… es decir fomentas la no responsabilidad.

- Reflexión, pautas claras y diálogo en el momento adecuado para transmitir las normas es la clave para un nuevo comienzo.

(este artículo es obra de Yolanda Cuevas Ayneto, psicóloga de la salud y del deporte, con el título: “¡Castigado! esta semana ni entrenas ni hay partido así aprenderás” con  algún comentario o puntualización míos).   

 

¿Cómo deben actuar los padres si su hijo futbolista no va bien en los estudios? (2ª parte)

¿Cómo deben actuar los padres si su hijo futbolista no va bien en los estudios? (2ª parte)

Le dejo hacer lo que quiera, ¿paso?. Así reaccionan algunos padres y madres al tratar el tema relacionado con el “castigo sin su deporte”. Las razones, suspender o bajar de notas académicas y en ocasiones mal comportamiento.

Muchos entrenadores, de diferentes categorías y clubes, a los que les doy las gracias, se aferran enviando éste artículo a los padres bien por e-mail, o por los famosos grupos de whatsapp o colgándolo en el tablón de anuncios. Su objetivo, ver si con su lectura entienden que no es la solución.

Esto demuestra:

- 1. Que el castigo o la amenaza del “te quedas sin fútbol” es un recurso habitual, que además de general en el panorama deportivo, se da en chavales de diferentes edades y deportes.

- 2. Que no hay conciencia de la importancia de la práctica deportiva en el presente y futuro de los jóvenes para su desarrollo a diferentes niveles.

- 3. Que las faltas de asistencia de los chavales condiciona el trabajo de los entrenadores en los entrenamientos, competiciones y en las decisiones de convocatoria para los fines de semana.

- 4. Que entrenadores, padres y estudios están llamados al entendimiento por el bien de los chavales a nivel físico, psicológico y social y con ello prevenir y evitar el absentismo o abandono del deporte.

- 5. Que se relaciona deporte con algo lúdico, que es así, pero se olvida que es un hábito saludable que hay que educar para la vida como lavarse los dientes.

Lo fácil es dar donde más duele, siempre se ha dicho, pero contraproducente porque nos encontramos que castigar quitando el deporte, tiene otras consecuencias perjudiciales para su desarrollo.

Además aunque en ocasiones sirva de algo a corto plazo, no sirve a largo plazo. Castigar sin deporte no ayuda a adquirir los valores de la responsabilidad, el sacrificio y el compromiso en los estudios.

Se necesitan otras herramientas tiempo, paciencia y flexibilidad. Y recordemos que hay que tomar el deporte como el comer, el dormir o el beber, una necesidad básica para el desarrollo.

Si se admite que este tipo de castigos es fruto de la rabia e impotencia del momento y que una vez pasada la “tormenta” lo que surge es el arrepentimiento, tomamos conciencia de que no es la mejor manera de educar. No se educa desde la rabia e impotencia. Si castigas tiene que ser desde un estado emocional reflexivo y que no sea la rabia quien ponga el castigo. Así evitas arrepentirte y ganar credibilidad.

En la mayoría de los casos se da por hecho que si se suspende es porque el deporte quita tiempo.
Cuando desde mi profesión estoy con pre y adolescentes ninguno quiere suspender, lo pasan mal, no quieren dejar el deporte o que les obliguen a dejarlo, se sienten presionados, amenazados, no saben lo que quieren, no saben expresarlo, nadie les entiende, y surgen sentimientos de venganza… así comienza la espiral de malos rollos en casa. Los padres resumen, “es que pasa de todo, es un egoísta, ¡a ver qué haces con él!”.

Por eso creo que la comunicación una vez más es la base de todo. Hay que dejar de dar por hecho las cosas, hacer resúmenes sin conocer el punto de vista del hijo y usar el comodín del deporte para justificar lo que se cree que ocurre. Hay que saber las razones por las que suspende y corregir lo que no funciona.

El momento, el lugar, las palabras y las formas son fundamentales para conocer de primera mano los motivos por los que el chaval no supera sus objetivos académicos y no echarle la culpa al deporte.

Unas veces lo ocasionan el cambio de colegios e institutos, la relación con profesores, la metodología, otras “sus problemas” relacionados con amigos, el que se enamoran, cambios a todos los niveles, el que no se saben concentrar, no estar atentos en clase etc… y como podéis deducir ninguno “se cura” castigando sin deporte.

Detrás de un suspenso puede haber muchas causas que desconocemos y enseñar a gestionar el tiempo es más productivo que decir “es que no te sabes organizar” o ”el tiempo no te cunde”… Es cierto que en ocasiones dicen “es que no me dio tiempo”, esta frase esconde el dejar cierta obligación para la víspera. Esto ocurre haga o no deporte como se sabe.

Así que una de las tareas más importantes como padres es ayudar a gestionar el tiempo desde niños, y alentar al estudio con paciencia, flexibilidad y diálogo.

OS PROPONGO A LOS ENTRENADORES:

- 1. Motivar al estudio y transmitir que es algo necesario. Vuestra condición de entrenador os da más poder de influencia del que creéis y podéis usarlo para un bien fuera del campo, piscina, cancha o pista.

- 2. Preocuparos por lo que hacen, lo que les gusta, las asignaturas que les cuesta, sus exámenes, hablad en equipo y de forma individual, que vean que tienen vuestro apoyo.

- 3. Fomentar la competencia sana con sus estudios, premiando sus avances y no la nota en sí. Juntos podéis crear los premios relacionados con la práctica deportiva.

- 4. Ante situaciones graves “no paséis” no sois su profesor, ni su padre o madre pero quizá suene la tecla, y no por casualidad, que necesitan porque en ese momento están receptivos.

- 5. El inicio de la temporada es un buen momento para transmitir a los padres el valor que le dais a los estudios. Es importante que sepan lo que pretendéis, sobre todo con los que piensan que “os metéis donde no os llaman”.

OS PROPONGO A LOS PADRES Y MADRES:

- 1. Inteligencia emocional para saber comunicaros. Dialoga con tu hijo para llegar a un entendimiento. Escúchalo, no le juzgues, busca soluciones y alternativas pero juntos. Amenazar y gritar no son las herramientas de un “juego limpio” nunca.

- 2. Valora sus logros académicos pero de forma especial su esfuerzo, porque aumenta la autoestima, el concepto de sí mismo y la confianza en su capacidad de estudio. No hay nada peor que no sentirse capaz de algo o que vean que no eres capaz. Valorar el esfuerzo ayuda a resistir y vencer las dificultades y previene el abandono.

- 3. No le compares, ni con su amigo, ni con su primo, ni con su vecino. Cada uno es único, no es lo que necesita y eso no motiva aunque lo digas pensando que así le “picas” y cambiará. Lo único que interpreta es que no es el hijo que esperáis y eso presiona. Un 6 haciendo deporte tiene más valor que un 8 sin hacer deporte, piénsalo así.

- 4. Aprende a motivarle en su estudio, cada persona necesita una fórmula, conocer la de tu hijo es el reto. A veces con buenas intenciones se dicen cosas que desalientan, frustran y desmotivan. “Si no estudias no serás nadie en la vida”, “Quien te va a querer”, “Que pretendes ¿ser un mantenido?, “Así vas por mal camino”…

- 5. Menos “céntrate y organízate” y más ayúdale a hacerlo. Juntos podéis diseñar el espacio, el horario y plan de estudio personal y realista. Hacerlo unilateralmente no promueve el compromiso. Es importante fomentarlo desde niños para que sea un hábito.

- 6. Apoya, supervisa y haz un seguimiento. Ofrece tu ayuda pero espera a que la pidan. Orienta pero no le hagas los deberes para tener mejor nota. Conociendo sus dificultades podrás ayudarle. Muestra interés pero sin controlar hasta que vayan “soltándose” poco a poco.

- 7. Fomenta el estudio empezando por lo que más le gusta, seguido por lo más difícil, y acabando por lo más fácil teniendo en cuenta las dificultades. Rétale a sus propios objetivos, a destacar y compartir lo que supone conseguirlos.

- 8. Ofrécele técnicas de concentración, control respiratorio y estrategias que ayudan a que se concentren. Decirle “estate atento en clase que no quiero ver más notas en tu agenda” no les da la herramienta para hacerlo. Quieren y no pueden, necesitan el cómo.

- 9. No satures de extraescolares, tan malo es no hacer nada y tener exceso de sofá, televisión o videojuegos como tener cada día actividades, pintura, música, baloncesto, baile moderno, fútbol, inglés… compensa las actividades deportivas con las demás. Tu ansia porque haga de todo ante tanta oferta no permite el disfrute y en ocasiones lo viven como una carga.

- 10. No minimices las preocupaciones de tus hijos, en ocasiones el “eso no es nada”, “eso es una tontería” con el ánimo de que no sufran es doblemente contraproducente. Por un lado no se sienten comprendidos y por otro no se educa con y en inteligencia emocional, dando espacio a emociones sentimientos y ayudando a gestionarlos.

Hay mucho por hacer por parte de todos antes que fomentar el castigo con el deporte o promover el futuro abandono.

(este artículo es obra de Yolanda Cuevas Ayneto, psicóloga de la salud y del deporte, con el título: “Vale no lo castigo sin deporte, entonces ¿qué hago?”con  algún comentario o puntualización míos).   

¿Cómo deben actuar los padres de los jóvenes futbolistas?.

La campaña del Ayuntamiento de Valencia "Con respeto ganamos todos" propone 10 reglas básicas para los padres o tutores de los menores en lo que respecta a la educación y formación de sus hij@s en el deporte, especialmente en el fútbol. Esta campaña está respaldada por la Real Federación Española de Fútbol y su delegación en la Comunidad Valenciana, así como por más de 32 clubes deportivos de la ciudad de Valencia.

¿Cuáles serían unos buenos consejos para los padres de los jóvenes futbolístas?

¿Cuáles serían unos buenos consejos para los padres de los jóvenes futbolístas?

Saber exigir lo justo a un hijo es importante

  1. No debes valorar a tu hijo en cada acción que haga.
  2. Debes preocuparte más por su formación deportiva que por los resultados que vaya teniendo el equipo al que pertenezca.
  3. Debes darle libertad a tu hijo para que tome sus propias iniciativas.
  4. No debes juzgarlo en todo momento.
  5. No debes contradecir al entrenador ni darle indicaciones técnicas.
  6. Sistemáticamente no debes de premiar a tu hijo por su rendimiento deportivo.
  7. Debes hablar con tu hijo de muchos temas y no  fijar únicamente vuestras conversaciones en el deporte que practica.
  8. Tu hijo no podrá dar el máximo en cada actuación. Hay que saber comprenderlo.
  9. No cambies la actitud con tu hijo por su valía deportiva.
  10. No debes compararlo con nadie y valorarlo en su justa medida según sus propias posibilidades.

La importancia de la relación Padre - Entrenador

  1. Involúcrate en el equipo en la medida que lo requiera el entrenador.
  2. No des indicaciones a tu hijo en el terreno de juego.
  3. Debes mantener una conversación fluida con el entrenador.
  4. Preocúpate por el desarrollo de tu hijo basándote en las apreciaciones que te haga el entrenador.
  5. No discutas sobre cuestiones técnicas con el entrenador.
  6. No valores negativamente al entrenador en presencia de tu hijo.
  7. El entrenador es mucho más que eso y también forma parte de la educación de tu hijo.
  8. Ten un contacto cordial con el entrenador por el beneficio de tu hijo.
  9. El entrenador es un formador y la parte técnica no deja de ser un complemento de lo principal que es la educación de tu hijo.
  10. Valora el trabajo del entrenador y nunca te consideres por encima de él, sobre todo en el apartado técnico. En el aspecto educativo-formativo colabora con él.

¿Cómo deberían actuar los padres de los jugadores de fútbol?

¿Cómo deberían actuar los padres de los jugadores de fútbol?

Este es un artículo anónimo, alguien lo redactó algún día muy acertadamente y lo publicó. Es un artículo para reflexionar, sobretodo los que son padres de niños que empiezan a jugar al fútbol, aunque también metería en este paquete a todos los que algún día quizá lo seamos, e incluso, cómo no, a cualquiera que acuda a un campo a ver un partido de fútbol base. Se llama Papá, ¿qué estás haciendo?. 

 

No sé cómo decírtelo. Seguramente piensas que lo estás haciendo por mi bien, seguramente piensas incluso que lo haces para ayudarme, incluso puede ser que pienses que hasta me haga falta que lo hagas, pero de verdad, créeme, no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal...

Me regalaste un balón cuando apenas empezaba a andar y aún no iba ni al colegio cuando ya me quisiste apuntar a fútbol...
Me gusta entrenar durante la semana, me gusta jugar al fútbol, me gusta bromear con mis compañeros y jugar el partido de los sábados cómo hacen los equipos de la tele. Pero cuando vas a los partidos...no sé, ultimamente ya no es como antes, ya no me das una palmadita en la espalda cuando termina el partido, ni me dices lo bien que lo he hecho y ni me invitas a una coca-cola...ya no...

Ahora, cuando empieza el partido, vas a la grada pensando que todos son enemigos; insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los jugadores...incluso a otros padres!..... ¿Por qué has cambiado? Creo que sufres, y la verdad, no lo entiendo. Me repites que soy el mejor, que los demás no valen nada a mi lado, que los que digan lo contrario se equivocan, que el bueno ahí soy yo y que me faltan buenos compañeros alrededor...me dices, incluso, que ya solo vale ganar...hasta cuándo perdemos parece que te sientes dolido...

Ese entrenador del que dices que es un inepto y que no tiene ni idea es mi amigo, es el que me enseña en cada entrenamiento cosas nuevas, es el que hace que me divierta cada semana participando en juegos y ejercicios con mis amigos...

¿Te acuerdas del chaval que salió el otro día en mi puesto? Sí, aquel que estuviste toda la mañana criticando porque "no vale para nada, mejor que se dedique a otra cosa" cómo tú dices, ¿te acuerdas? Pues ese chico va a mi clase, cuando lo vi el lunes en el colegio no sabía como mirarle, me sentía mal papá, mal por tí, sentí vergüenza...

No quiero decepcionarte, me da miedo no ser el super jugador que tú esperas que sea. A veces pienso que no tengo la suficiente calidad, que no soy tanto como tú dices, y que no llegaré a ser profesional, ni siquiera al primer equipo de nuestro club, como tú quisieras....y esto me crea bastante presión, miedo...es que me agobias...hasta he pensado en dejarlo; pero me gusta tanto...me encanta jugar al fútbol, me encanta estar con mis amigos en el equipo...

Papá, por favor, no me obligues a decirte....que no quiero que vengas más a verme jugar.