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¿Cómo funcionan los músculos?

 

¿Sabías que el movimiento es una de las principales actividades de nuestro cuerpo? Así es, esto se debe a la rápida contracción y relajación del tejido muscular, y esta acción la realizan los movimientos de los músculos para que se pueda trasladar el cuerpo de un lugar a otro, la respiración, el latido cardiaco, los movimientos del tubo digestivo y de algunas glándulas y vasos sanguíneos.


A la contracción del músculo corresponde un cambio de forma, seguido de una serie de reacciones químicas donde se absorben ciertos elementos necesarios y se eliminan los productos de desecho. En dicha función, el tejido muscular, tiene la capacidad de conservar cierto grado de contracción sin fatigarse, de uno o un grupo de músculos, propiedad que recibe el nombre de tono muscular, que se presenta por impulsos nerviosos pequeños y permanentes. Podemos observar esta acción, al mantener nuestra postura erecta o cuando entrecerramos la mano.

El tono muscular disminuye durante el sueño permitiendo la firmeza de los tejidos en el organismo. La ausencia de fatiga es debida a que los estímulos nerviosos sólo excitan a una parte de las fibras de un músculo, mientras las otras descansan. El tono muscular se puede alterar cuando se presentan fracturas de huesos, presencia de dolor, la lesión de un nervio motor, etc.


Los músculos están accionados por nervios motores que regulan la contracción voluntaria y nervios sensitivos que informan al neuroeje del estado e intensidad de la contracción. En el músculo esquelético, la contracción y la relajación se producen rápidamente, no así el músculo liso que lo hace más lentamente.

Después de un estímulo se observan en el músculo tres periodos diferentes que son:

·        Latencia que es el espacio comprendido entre la excitación y el principio de la contracción.

·        Contracción en el que las fibras musculares se acortan y,

·        Relajación en el que las fibras tienden a regresar a su posición inicial.

La contracción muscular depende directamente en su intensidad, de la fuerza, velocidad de aplicación y duración del estímulo, así como la fuerza de oponente a la contracción y la temperatura.

La contracción muscular se acompaña de reacciones químicas complejas, en las cuales intervienen iones de
Ca, K, Na y Cl, producidas por la liberación de energía a partir de la destrucción de la molécula de trifosfato de adenosina (ATP). Otras reacciones químicas producen la energía para que el ATP se resintetice.

Una de las reacciones mencionadas como producto colateral es el ácido láctico, el que en presencia de
bióxido de carbono y ante estímulos repetidos, origina una contracción muscular más débil progresivamente hasta llegar a no obtenerse respuesta, provocando la fatiga muscular y puede llegar a la tetanización (no poder mover los músculos). Un ejemplo claro, es cuando realizamos demasiado ejercicio cuando no se esta acostumbrado a hacerlo. Las reacciones químicas que se producen con la contracción muscular genera calor y favorece la circulación sanguínea.

 

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