La adaptación de los entrenadores a un equipo.
La adaptación de los entrenadores a un equipo
Las variables que condicionan al entrenador durante su estancia en un club podrían suscribirlas muchos docentes en sus colegios.
¿Os habéis preguntado por qué hay entrenadores que triunfan en todos los equipos que entrenan? Y sin embargo hay otros profesionales que por muy brillantes que sean definiendo conceptos tácticos y planteando partidos, no saben dar con la tecla mágica del éxito.
Quizás el secreto esté en tener la habilidad camaleónica de saber adaptarse al equipo que tenemos que entrenar igual que el maestro lo hace con cada centro educativo y más específicamente, con cada grupo-clase.
Para valorar nuestra capacidad para ajustar nuestra metodología, tenemos que tener en cuenta los siguientes aspectos:
a. - Potenciar la plantilla:
Cada uno de nuestros jugadores tiene unas habilidades innatas y unos aspectos potencialmente brillantes. La misión de un buen técnico ha de ser la de descubrirlos y trabajarlos para formar jugadores completos. No podemos obcecarnos con la idea de seguir siempre el mismo sistema de juego, hemos de amoldar la forma de jugar a las habilidades de nuestro plantel.
b.- Identificar el entorno:
Tenemos que observar y anticipar posibles problemas, que pueden condicionar nuestra forma de trabajar. Informarse de la normativa interna y de las líneas de actuación del club en ámbitos de disciplina interna, formativos, económicos... En una etapa posterior, nos darán la clave para ahorrarnos conflictos y poder actuar sobre ellas desde dentro proponiendo cambios o analizando su efectividad.
c.- Adaptar el lenguaje:
No es lo mismo estar entrenando en barrios marginales de nuestra ciudad que en una zona de alto nivel socio-económico. En ocasiones, olvidamos que debemos medir muy bien nuestras palabras para poder transmitir claramente nuestro mensaje. A la hora de conversar con jugadores, padres y miembros del club debemos tenerlo en cuenta, hacerles ver que entendemos sus preocupaciones e inquietudes y que trabajamos para solucionarlas.
d.- Medir la complejidad de los entrenamientos:
Si nuestros jugadores estaban acostumbrados a entrenamientos con balón o poco trabajo físico, no debemos cambiar bruscamente la metodología. Hemos de seguir una progresión para intentar que los jugadores no sufran lesiones y se adapten al nuevo plan de entrenamiento paulatinamente. A la hora de plantear cada uno de los ejercicios, debemos valorar si son demasiado difíciles de comprender para nuestros jugadores. En caso afirmativo, deberíamos introducir variantes más fáciles antes de que sean capaces de realizar el ejercicio completo.
e.- Adaptar los objetivos a la realidad:
No favorecemos a nadie si inflamos las expectativas del equipo a nivel de resultados. Tarde o temprano, el plantel se da cuenta de que no hemos sido realistas y deja de confiar en nosotros. Hay que ir poco a poco y no ensalzar en demasía las virtudes de nuestro equipo ni exagerar los defectos. Encontrar el punto de objetividad para no dejarnos llevar por lo que pensamos subjetivamente debe ser nuestra meta.
f.- Optimizar los materiales del club:
El entrenador debe prepararse muy bien los ejercicios en los entrenamientos. Si estamos trabajando en un club con pocos recursos económicos, debemos buscar la manera de sustituir la ausencia de conos, picas, vallas, balones... Hay que ser muy creativo y buscar objetos que puedan sustituir su funcionalidad. A ver que se os ocurre!
g.- Mejorar la dinámica del equipo:
Siempre es aconsejable analizar las relaciones que existen entre los diferentes miembros del equipo mediante sociogramas u observación directa. Modificar relaciones perniciosas y fomentar el espíritu de equipo están asociados con este apartado. A todo ello, se suman los resultados previos que muchas veces influyen sobre el desarrollo que los jugadores hacen de su plan de juego.
Por suerte, los tiempos han cambiado para mejor y existe mucha bibliografia que nos puede aconsejar sobre la adaptabilidad al medio. Antaño no contábamos con tanta información sobre el tema y los recursos para aplicar esta filosofía al fútbol eran limitados.
Si redefinimos nuestra metodología con cada nuevo equipo que entrenamos y trabajamos las inteligencias emocional e interpersonal entre todos los que interactúan con él, seguro que conseguimos resultados o al menos, minimizar los efectos de nuestros fracasos profesionales.
(este artículo es obra del profesor Óscar del Estal, profesor en Escola Splai, con algun comentario o corrección mio).